Dinero

Hay diferentes formas de detectar cuando un billete es falso, para ello podemos utilizas diferente métodos dependiendo de las medidas de seguridad implementadas en el billete.

Papel, el papel común que se puede conseguir en el mercado es ligeramente diferente al papel utilizado para elaborar los billetes, el papel original tiene a ser un tanto encerado, pero tampoco en demasiada cantidad como el papel encerado comercial.

Marcas de agua, esta medida de seguridad se elabora con variaciones en el grosor del papel, lo cual genera la imagen a contraluz, pero a simple vista debe ser perfectamente invisible, en un billete falso esto será imitado con materiales grasos o tinta amarilla que pueden ser detectados a simple vista.

Hilos de seguridad, estos van insertados dentro del papel, solo pueden ser vistos a contraluz, en algunas ocasiones el hilo se adentra en el billete y vuelve a aparecer.

Tinta, la tinta de un billete original no debe correrse o manchar otras superficies, si frotamos nuestro billete contra otro papel blanco no debería despintarse.

Existen en el mercado detectores de billetes falsos que emplean luz ultravioleta, con la cual podremos ver las fibras luminiscentes del billete, también existen maquinas de este tipo que emiten una alerta sonora en caso de que el billete sea falso.

Plumas yodadas, son plumas con tinta de yodo, al aplicar esta tinta sobre un billete original no debe mancharse, sin embargo en papel común y corriente si mancha.

Este ha sido uno de los problemas más persistentes a lo largo de la historia del dinero, debido al encanto sobre poseer bienes sin la necesidad del trabajo.

En la antigüedad la falsificación era un tema de suma dificultad, debido a que las monedas representaban exactamente el valor del metal del que estaban hechos, es decir, valían su peso en oro o plata.

Sin embargo con la llegada del papel moneda y el abaratamiento de costos en cuanto a materiales y equipo para impresión, la falsificación ha sido un problema mayor en épocas recientes.

Para evitar la falsificación los gobiernos, bancos centrales y casas emisoras, han aumentado las medidas de seguridad en la elaboración de los billetes. Algunos incluso imprimen billetes en material plástico para evitar su falsificación y aumentar su duración.

El dinero como tal no existía en las civilizaciones antiguas, ya que su método de intercambio de bienes era el trueque, que consiste en el intercambio directo de mercancías, por ejemplo intercambiar un animal por cereales o granos.

La dificultad de este sistema radica en que si alguien necesita cierta mercancía, el proveedor de dicha mercancía podría no estar interesado en lo que se le ofrece.

Debido a ese tipo de conflictos en un principio se empezaron a emplear ciertas mercancías muy codiciadas por la población en general, como pudieran ser piedras preciosas, plumas, semillas, cereales, etc.

Es gracias a esa “sensibilización” en la sociedad sobre un “bien común de valor” que es posible adoptar el término de moneda. Las primeras monedas acuñadas por un estado surgieron el Lidia, actualmente parte de Turquía, las cuales fueron hechas de electro (aleación de oro y plata), estaban estampadas por el gobierno local con motivo de una cabeza de león. Estas monedas facilitaban los pagos a las tropas del ejército.

Se dice que los primeros billetes emitidos, fueron en China alrededor del siglo X d.C., en Europa su aparición se dio cerca de 1660, en Suecia.

El dinero es un medio para el intercambio de bienes o servicios, facilita el transporte a través de su presentación en billetes o monedas, conserva un estándar entre su unidad de medida de acuerdo al mercado local (peso, dólar, centavos de peso, etc.) y es conservable para ser utilizado en cualquier momento.

El dinero para ser considerado como tal, debe estar avalado por la autoridad monetaria local correspondiente (bancos centrales) y ser aceptado por la sociedad.

Su función principal es la transformación del trabajo por bienes o servicios, de forma eficiente y estandarizada.